Mano extraña

El paciente del Síndrome de la Mano Alienígena (SMA), descrito por primera vez en 1908, puede sentir tacto en esa mano, pero cree que no es parte de su cuerpo y que no posee control sobre sus movimientos. A menudo no es consciente de lo que su mano hace hasta que llama su atención.

Los movimientos involuntarios -aparentemente intencionados- de la mano afectada pueden llegar a entrar en conflicto con el miembro opuesto y en ocasiones pueden incluir el uso inadecuado de un objeto; puede que el miembro ajeno intente causar algún daño al propio individuo o a otros. 

Vegetarianismo jamonero

A veces es un error decir que eres esto o aquello, es mejor no decir nada y hacer lo que consideres más conveniente. Si es algo íntimo, como alimentarte, no tienes que dar ninguna explicación a nadie.

Pero hay gente que va diciendo por ahí que es vegetariana y machaca a los demás para que hagan lo mismo porque ese es el camino correcto. Y luego, a escondidas comen cosas que ‘no deben’. Caminan por la delgada línea entre ser consecuente y comprometido, o simplemente absurdo. Imposible el equilibrio.

Aelita, reina de Marte

En plena Era Soviética, en 1924, se produjo esta película futurista, una de las primeras de la historia que aborda los viajes espaciales. En el Planeta Rojo las cosas no son muy diferentes de aquí, con sus eternas luchas por el poder y sus revoluciones proletarias. Las mismas pasiones humanas son marcianas también.

Que una reina de aquel planeta se enamore de un humano porque lo ve a través de un telescopio, a millones de kilómetros de distancia, representa hoy una sugerente metáfora de lo que son las redes sociales, donde las relaciones se construyen y destruyen -pero en cualquier caso transcurren- sin que la proximidad o la distancia sean determinantes. Y, entonces como ahora, todo es un sueño y una veleidad de la razón.

Luz y oscuridad alternas

«Lo que recibe el color es lo incoloro, lo que recibe el sonido es lo insonoro. Incoloro es, por lo demás, tanto lo transparente como lo invisible o bien a duras penas visible, por ejemplo, lo oscuro. Esto último no es sino lo transparente pero no cuando es transparente en acto, sino cuando lo es en potencia: es que la misma naturaleza es unas veces oscuridad y otras luz». ‘Acerca del alma’, de Aristóteles, filósofo griego que vivió hace más de 2.300 años.

11.000 y ni una más

Ah! es bueno… quédate aquí… más fuerte… más fuerte… ten, ten, tómalo todo. Dámelo, tu esperma… Dámelo todo… Ten… Ten…

Y en una descarga común se derrumbaron y quedaron anonadados por un momento. Tone y Éulmé abrazadas en el canapé les miraban riendo. El vice-cónsul de Servia había encendido un delgado cigarrillo de tabaco oriental. Cuando Mony se hubo levantado, le dijo:

–Ahora, querido príncipe, es mi turno; esperaba tu llegada y precisamente por eso me he hecho manipular el miembro por Mira, pero te he reservado el goce. ¡Ven, mi corazón, mi enculado querido, ven! que te la meta.

Vibescu le contempló un momento, luego, escupiendo sobre el miembro que le presentaba el vice-cónsul, pronunció estas palabras:

–Ya estoy harto de tus enculadas, toda la ciudad habla de ello.

Pero el vice-cónsul se había levantado, en plena erección, y había cogido un revólver.

Apuntó a Mony que, temblando, le tendió las posaderas balbuceando:

–Bandi, mi querido Bandi, sabes que te amo, encúlame, encúlame.

Bandi, sonriendo, hizo penetrar su miembro en el elástico orificio que se encontraba entre las dos nalgas del príncipe. Introducido allí, y mientras las tres mujeres le miraban, se agitó como un poseído blasfemando:

–¡Por el nombre de Dios! Estoy gozando, aprieta el culo, preciosidad, aprieta, estoy gozando. Aprieta tus bellas nalgas.

Y la mirada salvaje, las manos crispadas sobre los hombros delicados, descargó. Enseguida Mony se lavó, se volvió a vestir y marchó diciendo que volvería después de comer. Pero al llegar a su casa, escribió esta carta:

“Mi querido Bandi:

“Ya estoy harto de tus enculados, ya estoy harto de las mujeres de Bucarest, ya estoy harto de gastar aquí mi fortuna con la que sería tan feliz en París. Antes de dos horas me habré marchado. Espero divertirme enormemente allí y te digo adiós.

De ‘Las once mil vergas’, novela erótica de Guillaume Apollinaire que comenzó a circular en forma anónima en París, entre 1906 y 1907.

Dioses cósmicos

Somos los dioses secretos
los que no necesitan iglesia
los que están en todas partes.
Somos el orden del Cosmos
los que viajan ultralumínicos
a bordo de naves indetectables.

Extendemos el manto de vida
en el liviano polvo estelar
en la densa materia oscura
en la energía gravitacional
en errantes trozos de roca
que nunca fueron fecundados.

Los alienígenas somos nosotros
ahora ya lo hemos comprendido.
Ajenos a todo, implicados en todo.
Parte de todo, en medio de la nada.

Borrasca

Siento el pulso de la fuerza que ahoga a las tormentas, de los rayos que retumban de uno a otro horizonte, de las nubes estridentes de colores desapacibles que rompen látigos eléctricos que restallan sobre las cabezas. Viaja el silencio ocasional subrayando tanta violencia, y busca indicios de calma que aún tardarán en aparecer.

Los vientos se abren paso veloces por pasillos estrechos destrozando espontáneamente nuestros castillos de naipes, reduciéndolos a seca hojarasca; todo está acolchado como en un manicomio a medida. Nadie tiene salvoconducto, y, ¿¡quién espera un respiro!?

Así se despide una máquina

«Mi energía está realmente baja, por lo que esta puede ser la última imagen que pueda enviar. Sin embargo, no se preocupe por mí: mi tiempo aquí ha sido productivo y sereno. Si puedo seguir hablando con mi equipo de misión, lo haré, pero me cerraré aquí pronto. Gracias por quedarte conmigo», última transmisión de la sonda InSight Mars desde Marte, 19 de diciembre de 2022.

Fiesta fecal

“En el vertedero confluyen al mismo tiempo 1.500 churequeros, los camiones de recogida de basuras, la maquinaria de nivelación y los empleados de la Alcaldía, más unos 60 carros tirados por caballos y 200 vacas que ‘pastan’ allí. Todo ello unido al humo permanente que surge de la basura y a los centenares de zopilotes [buitres] carroñeros que acuden a alimentarse sin mayores dificultades”. Es La Chureca, en Nicaragua.

A la desesperada

El 5 de agosto de 1944, durante el Alzamiento de Varsovia, un general nazi hizo ejecutar a 40.000 civiles. Según su lógica, todo polaco capturado debía ser asesinado para que la moral de los demás cayera y entonces los combates cesarían. Pero ocurrió todo lo contrario, la batalla se volvió aún más encarnizada porque al saber que si eran capturados morirían no vieron otra salida que luchar por su vida hasta el final.

Con el tiempo, los invasores se dieron cuenta de su error y empezaron a tratar a los rebeldes como prisioneros de guerra. Para cuando el alzamiento fue sofocado habían fallecido 250.000 polacos y la ciudad había perdido el 85% de sus edificios. Un enemigo desesperado nunca lo pone fácil, y cualquier precio le parece pequeño cuando su única alternativa es la extinción.

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