Mi generación no tiene trabajo ni perspectivas ni horizonte; ni casa ni sueños. Nuestra familia serán siempre nuestros padres, pues nunca podremos formar una propia. Esta noche destrozaremos algo para celebrarlo, tal vez quemaremos contenedores; beberemos ‘moloko’ y consumiremos ‘vellocet’ mientras escuchamos ritmos de puro sexo.
Ahora llega el momento de la revancha. Ahora las calles se tiñen de ‘crobo’, porque cada noche es la hora de los ‘drugos’, vienen de todas partes a repartir ‘tolchokos’. Correr delante de los ’militso’ es nuestro oficio, hasta que nos detengan. Eso es, ¡ahora haremos lo que nos salga de los ‘yarboclos’!