Si hay una película verdaderamente enigmática y sobrecogedora esa es ‘Stalker’ (1979), del maestro Andrei Tarkovsky. Empieza en un bucólico tono sepia y solo cobra un color sobrecogedor cuando los personajes entran en ‘La Zona’, donde un día se estrelló una nave espacial de otro mundo.
Solo los stalkers pueden entrar allí y guiar a otros entre inconcebibles trampas mortales, ejércitos enteros han sucumbido antes de lograr permanecer en La Zona, donde se encuentra un lugar en el que se puede regenerar el alma, un moderno Finisterre. Inténtalo y perderás la cabeza o sanarás.