El rito japonés del seppuku (harakiri) ha tenido un único ejemplo en Occidente, el novelista italiano Emilio Salgari. El creador del famoso pirata Sandokan, entre otros personajes, eligió esta forma de muerte en 1911 como protesta contra sus editores, abriéndose el abdomen con un cuchillo.
«A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que, en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma», dejó escrito en su nota de suicidio.