Los antiguos griegos creían que la Luna estaba habitada y que los selenitas formaban una sociedad desarrollada. También se ocupó de ello, desde edad muy temprana, la ciencia ficción. En 1657, el autor francés Cyrano de Bergerac publicó su obra ‘Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna’.
En las páginas de esa novela abogaba por la posibilidad de que existiese vida en otros mundos: “¿Cómo si no, de buena fe, podríamos imaginar que esos globos tan espaciosos fuesen tan sólo campos desiertos y que en cambio el nuestro, sólo porque nosotros vivimos en él, haya sido creado para una docena de gentecillas soberbias?”, escribió Bergerac.
Gentecillas soberbias
