El planeta Júpiter cuenta con 79 lunas, algunas descubiertas en 2018. Una de ellas es Valetudo, de solo 1,5 kilómetros de diámetro, y destaca porque tiene una órbita absolutamente contraria al resto de satélites del gigante gaseoso. El objeto más pequeño se opone a toda la corte celestial del mayor cuerpo del sistema solar después del Sol.
Esto implica un gran riesgo de colisión con otras lunas, porque constantemente se cruza con ellas como si de un kamikaze de autopista se tratase, y de llegar a ocurrir el resultado sería que ambos objetos quedarían reducidos a polvo. Su situación es, por lo tanto, muy inestable. Nadie sabe cuánto tiempo lleva Valetudo esquivando al resto de satélites ni si su destino será chocar con alguno de ellos.
Su existencia parece demostrar que la disidencia tiene un papel indispensable en nuestro Universo; aunque contradice la armonía y el orden que buscamos, es signo de que el equilibrio es una ficción que no suele durar, porque siempre interviene algún inesperado agente que rompe las esperanzas puestas en Todo. El caos y el orden pintando eternamente el lienzo sobre el que permanecen las estrellas, a veces intercambiándose el papel.