Quo vadis Mallorca

Una isla, cuanto más visitada es, en peor lugar para vivir se convierte. En Mallorca lo hemos comprobado en los últimos años, en Menorca justo ahora. Las zonas turísticas están a medio gas, el alquiler turístico en cambio va a toda máquina; y mientras en Palma desarticulan botellones poligoneros, en Punta Ballena hay disturbios los domingos de madrugada porque a los británicos -que nos perdonan la vida con su semáforo- no les gusta que les cierren los bares a la una.

Y la Tramuntana se llena de senderistas, ciclistas y moteros, y allí ya no cabe el ‘vóltor’ ni la tranquilidad. Y quiebra el Mercado Gastronómico de San Juan, en tantas guías turísticas -no gastronómicas- venteado, y en cambio se peta cada día el diminuto Caló des Moro de Santanyí.

En el Aeropuerto ‘high cost’ de Son Sant Joan fluye el tráfico con hasta 2.300 vuelos ‘low cost’ en fin de semana, nos cuentan que han puesto grandes medidas de seguridad sanitaria, aunque los mogollones más peligrosos se forman justo frente a esos controles. Pero, ¡qué mas da!, hemos quedado bien, hemos cubierto el expediente.

Más allá de la archiconocida letanía de “es que aquí vivimos del turismo” la conclusión es que nos lo deberíamos hacer mirar. Porque el ciclo ahora es el siguiente: buscamos industrias para garantizar nuestra subsistencia y bienestar, encontramos el binomio del turismo y la construcción/inmobiliario y, como resultado final de exprimirlos al máximo, cada vez vivimos peor y nos cuesta mas encontrar un lugar donde residir, no importa si es compra o alquiler.

Y de hecho pronto ya no será posible vivir en tan insana paradoja, y no hay puentes para guarecer a tanta gente, habrá que caerse de los balcones de los hoteles. Y siguen viniendo del norte, del sur, de oriente y de occidente. De la España vaciada y de la que se vacía al llegar la canícula. Todos a la costa, tenéis derecho a tomar un breve baño y haceros un ‘selfie’.

Sin beneficio y con perjuicio

Y, aunque no puedo demostrarlo, sospecho que cada vez se queda en Mallorca menos dinero del que genera toda esta actividad, o incluso ni siquiera llega a este territorio. Indígenas, tomad las molestias, que los beneficios son para nosotros. Esto apesta a colonización online. Y no, no me hables más de ecotasa, por favor. El turismo es la vaca a la que todos quieren ordeñar, si puede ser todo el año, que para eso pedimos desestacionalización.

Las Banderas Azules ya no significan nada (lo han dicho los científicos, no yo), y es que lo que quiere ahora el turista ya no es tanto playa, sombrilla y hamaca; como ciudad, pueblo, piscinas, terracitas, músicos de calle, tapas cutres, paellas prefabricadas y, sobre todo, sentirse uno más, porque ahora lo que se vende es la “experiencia”. Y muy pronto, a fuerza de integrarse, eso significará que tampoco podrán pagar…

Porque, escúchame bien, ser mallorquín supone formar parte de una élite mundial, la de quienes cobran por debajo de la media estatal -a menos que vegetes en alguna administración pública-, somos quienes abrazan la precariedad, quienes pagan más altos impuestos, quienes costean servicios básicos carísimos e ineficaces, somos esclavos de precios muy elevados en el súper y directamente “de turista” cuando sales, aunque sea a la esquina.

Pobrecita hostelería, qué mal lo ha pasado este invierno, pero ahora te la clavan sin piedad -porque vives en Palma, felicísimo lugar, y eso se paga- y, muy pronto, quizá hasta te pidan el ‘certificado Convid’. Siguiente paso: sodomía activa. Pero si yo solo quería una caña, ¡oiga!

Turismo Instagram

Y mientras tanto, las autoridades y la industria erre que erre con que hay que promocionarse mucho, para que nos conozcan más, ahora como un destino turístico seguro, lleno de estupendos rincones a descubrir e ‘instagramear’. Y mientras tanto, la quinta ola y la nueva cepa llegan a través de la plaza de toros, dos noches de conciertos impensables para los ciudadanos pero posibles para viajeros de estudios, que por lo que se ve nada han aprendido.

Cerramos agosto con más muertos por COVID-19 que en marzo, casi 60 ya, las UCI en situación de riesgo por saturación a pesar de que superamos el 70% de vacunados. Es por la variante delta, dicen, que la debe haber traído el viento y no los viajeros…

Mejor no critiques, porque te lanzarán un tomahawk en forma de acusación: ¡negacionista!, ¡turismófobo!, ¡talibán!… Ahora es todo caza de brujas, piensa lo que piensa el resto -que no piensa- y di amén a todo. Ahora es todo miedo. Y la coherencia es un lujo pandémico que no nos podemos permitir, entonces, mejor seguir funcionando a impulsos, hay que gobernar a golpe de restricción, pero solo cuando estamos [casi] solos.

¡Hacia dónde vas Mallorca, que ya nadie te comprende! ¡Hacia dónde vas tierra de atascos, que ya no de sosiego! ¡Quienes te codician cada vez son más, pero quienes te quieren no dejan de menguar! Lo único que no ha cambiado es que siempre fuiste tierra condenada al saqueo. El Mediterráneo entero es tu hemorragia.

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