La primera persona que se quemó ‘a lo bonzo’, es decir, rociándose con un líquido inflamable y prendiéndose fuego voluntariamente, fue el monje Thich Quang Duc. Y lo hizo en protesta por la persecución que sufrían los budistas por parte del gobierno de Vietnam del Sur.
Sucedió en el centro de Saigón el 11 de junio de 1963, y no se movió mientras ardía ni gritó ni emitió sonido alguno. Siguiendo la tradición, su cuerpo fue incinerado, pero no su corazón, que desde entonces está custodiado en el Banco Nacional de Vietnam, porque se considera sagrado.
Esta es la forma de protesta más extrema, junto con la huelga de hambre, y mucho más expeditiva que ésta. Con los años, otras personas se han quemado a sí mismas ‘a lo bonzo’ por los motivos más variados. La impotencia y la desesperación ante una opresión imposible de combatir, son las causas que conducen a la autoinmolación.