Mallorca gentrificada

Para los turistas Mallorca es la tierra prometida, Carnaval todo el año, el paraíso en la Tierra, el lugar donde todos los pecados y excesos son perdonados, donde se puede dar rienda suelta a los buenos y malos instintos sin consecuencias. Y, al volver a casa el cuerpo y el alma están limpios, porque la suciedad se quedó en la isla. Por eso necesitamos una incineradora cada vez más grande.

Si quieres saber más, debes ver la película ‘Ballermann 6’ (1995), una producción alemana ambientada en el Arenal, que es una adaptación libre de ‘Dos tontos muy tontos’ y explora superficialmente los tópicos de todo lo que encuentran divertido y atractivo los turistas alemanes aquí. Les gusta Mallorca, SU idea de Mallorca.

Para mucha gente eso de la ‘gentrificación’ es algo nuevo. Básicamente, supone empujar a los indígenas (perdón, los residentes) a zonas de extrarradio debido al encarecimiento de centros históricos y barrios ‘emblemáticos’. Es decir, lo que está pasando masivamente en Mallorca.

Pero, no olvides que, en realidad, ese proceso lleva décadas produciéndose. ¿Pruebas?, Ballermann 6, Bierstrasse, Punta Ballena… y, en general, Arenal, Magaluf, Cala d’Or… y muchas otras zonas donde el indígena ya no va porque no se le ha perdido nada, no le gusta lo que ve, no entiende ni los carteles y, sobre todo, no se siente ni bienvenido ni en su casa.

Ahora el objetivo se ha ampliado a toda la superficie de la Isla sin excepción, cualquier barriada, cualquier edificio se ve afectado por esa mancha de aceite. Paralelamente, se va perdiendo el comercio de proximidad, que se ve sustituido por otro que busca el dinero del turista, y la oferta en general se transforma y encarece. El acorralamiento es ya angustiante y la gente lo nota.

Un turista debería ser alguien que viaja para conocer y disfrutar, alguien que se interesa por la sociedad que le recibe y que intenta convivir en ella, al menos durante un periodo de tiempo corto. Alguien que participa pero no condiciona, que no quiere que ese lugar que considera maravilloso deje de serlo, y que sabe muy bien que sus gentes son parte de su belleza. Un turista debería ser alguien que respeta.

La realidad es, en cambio, que todo se transforma para resultar agradable al visitante, y no importa nada si los lugareños ya no pueden ni descansar ni encontrar un rincón en su tierra donde residir. Aquí vivimos del Turismo, ¡más madera, esto es la guerra!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: