La tolerancia cero, que en realidad es una doctrina de seguridad ciudadana represora puesta en marcha por la policía de Nueva York en los años ’90, tal vez sea admisible en ciertos casos. Pero, cuando se abusa de ella se transforma en pura intolerancia.
El debate sobre lo que debe ser tolerado o no sigue abierto y tal vez lo estará siempre. Porque se basa en la subjetividad de cada quien y en sus principios, o en los que predominan en una sociedad. Seguir los tópicos de los políticos o los medios de comunicación es una forma de alienarse.