En la antigüedad, pero no hace tanto, los límites de los mapas eran más amplios que los conocimientos cartográficos, y por eso estaban llenos de monstruos fantásticos. Era incierto y peligroso ir más allá. ¿Hicimos caso?, claro que no.
Y, ¿hay monstruos en las fronteras de hoy?, ¿los dejaremos atrás? No me cabe duda de que sí. Pero, en pleno avance inevitablemente caerá alguien, porque lo desconocido siempre se cobra un tributo. Sólo necesitamos el valor para continuar y la suerte de no ser nosotros los infortunados. ¡Navegad!
Hoy en día, las fronteras se encuentran más allá de la atmósfera. Y más vale que nos vayamos dando vidilla, tal y como están las cosas…
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