Si el alimento de mi alma es distinto, lo que siento también lo es. Abandoné las autopistas y voy a mi ritmo, contemplando el paisaje por carreteras secundarias, y no siento nunca que no me llevan a ninguna parte.
Más de 30 años escuchando ‘Macromissa’, pasando por encima de mucha música mala y mediocre infinitamente más exitosa. El problema no empezó con el reggaetón. Así lo veo yo.