Antes, cuando veía alguien hablando solo por la calle, absorto en su propia realidad, sin ser consciente del entorno, pensaba que le faltaba un tornillo, pero entonces veía que hablaba por el teléfono móvil con un micro inalámbrico.
Ahora, cuando veo alguien hablando solo por la calle pienso que está usando un inalámbrico y, cuando descubro que no es así, pienso que tal vez lo usó demasiado antes y que ya no lo necesita para vivir absorto en su propio mundo, sin contacto con la realidad.