Desde 1551 y hasta 1966, hace ahora 50 años, existió el ‘Index librorum prohibitorum’, que recogía las publicaciones y autores que la lglesia Católica consideraba perniciosos para la fe por herejía, deficiencia moral, sexualidad, ideas políticas…
Estuvieron en la lista negra científicos como Copérnico, Galileo o Kepler; pensadores como Descartes, Montesquieu, Sartre o Spinoza; novelistas como Zola, Balzac o Víctor Hugo. Y libros anónimos como ‘Lazarillo de Tormes’. Schopenhauer, Marx o Nietzsche no figuraban, porque sus obras se prohibían ‘ipso facto’, al ser ateos.