En el siglo XIV, un teólogo francés llamado Genest, “viendo un manuscrito donde estaban explicados Los Elementos de Euclides, por las figuras que tenía se imaginó que era de magia negra, y al momento echó a correr despavorido, pensando que le acometían mil legiones de demonios, y fue tal el susto, que murió de él”, Fray Benito Jerónimo Feijoo (1863).
En 2003, durante la invasión de Irak por parte de tropas estadounidenses y británicas, se quemaron alrededor de un millón de libros de la Biblioteca Nacional de Irak.