El horror te inmoviliza
al contemplar a esa criatura
apenas atrapada en el hielo.
Tú no quieres ser eso.
Siente hasta la última fibra,
ahora más que nunca,
de ese endeble cuerpo
que crees te pertenece.
Olvida que tienes vida,
ahora más que nunca,
estás bajo enorme riesgo
de dejar de ser humano.