Mad Max es un héroe muy a su pesar, mal acostumbrado a comer el polvo desértico mientras busca unas gotas más de combustible para su motor. Que no se pare, que es como si se parara su corazón. Es la historia de una sucesión de persecuciones, que son solo una: la búsqueda de una salida, la justificación de la vida en un ambiente hostil.
Es héroe porque le reclaman, porque le ven fuerte y esperan un mesías redentor. Alguien que alargue sus días de pesadilla en las arenas del infinito postapocalíptico. Sobreviven sin destino preciso, con malas perspectivas, con mucho por hacer si quieren recuperar un mínimo estándar de civilización, ahorran sorbos de agua e ideas para el futuro incierto. Es presente también.
Súbitamente rugen los motores, la función está a punto de comenzar. La eterna caza del gato y el ratón se reactiva, buscan a tientas el botón del turbo, preparan las armas para el asalto o la huida, según el papel que a cada quien lo ha tocado representar. La carretera es una cinta seca sinfín de la que rehusan salirse, mejor seguir al menos un trazado.
No son tan salvajes, después de todo, pero no evitarán matarse olvidando que lo principal es preservar la vida cuando ésta escasea. Un puñado de desesperados compiten por acceder a los raquíticos recursos que quedan, ¡cuánto hemos derrochado durante décadas! El dibujo de la rueda va grabando sobre el asfalto el ocaso de una Historia que no será escrita de otro modo.
La acción más desenfrenada explota justo cuando deja de latir el mundo, la gasolina arde y lo incendia todo -incluso la pantalla- y salta la chispa de la extinción más allá de esta ficción que es anticipación novelada de un presente de gasoductos que estallan, misiles que apagan las redes eléctricas y centrales nucleares amenazadas por drones.
La Humanidad volará, aquí y en el páramo que muestra el celuloide, Mad Max no frenará nuestra naturaleza autodestructiva. Nada nos recordará cuando el viento se lleve nuestros últimos vestigios y los disperse hacia el horizonte, donde se envolverán en el anonimato más eterno.
“La extinción es la regla, la supervivencia es la excepción”, Carl Sagan.