Muchas son las civilizaciones que han desaparecido, las principales causas fueron: sobreexplotación de sus recursos naturales, corrupción extrema de sus gobernantes, excesiva complejidad de su organización social, degeneración por falta de nuevas metas y, sobre todo, incapacidad para adaptarse a los cambios.
Todo eso llevó a guerras internas, hambrunas, epidemias, quiebra económica y vulnerabilidad ante desastres naturales o invasores. Parece ser que métodos modernos, como el consumismo combinado con la obsolescencia programada, también están destinados al fracaso porque no se pueden aplicar eternamente. Los males de la civilización no se curan con paños calientes.