No amo a mi amo

La clase más antigua de explotación humana es la esclavitud, que aún existe. Luego vinieron los siervos durante la Edad Media, eran ’libres’ pero debían obediencia a su señor y le pagaban tributos. El amo también tenía responsabilidades legales, debía alimentar, vestir y alojar a los esclavos; a los siervos no les podía desahuciar de sus tierras ni cobrar tributos abusivos.

La Revolución Industrial trajo la explotación laboral moderna, igualmente legal. La segunda revolución industrial nos convirtió en consumidores. En nuestros días se ha institucionalizado el desempleo y legalizado la precariedad. Lo próximo será la robotización, que hará innecesarios a esclavos, siervos, trabajadores y consumidores… Deberíamos alegrarnos, pero me pregunto ¿cuál será nuestro papel en el futuro?, o si tendremos alguno.

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