Llevo toda la vida apostando por lo difícil y despreciando lo fácil, y no me arrepiento ni quiero convertirme en otro pez que contribuye a hacer más fuerte la corriente. O en una sombra que pasa fugaz sin ruido y sin distorsionar el paisaje.
Sé muy bien qué camino tomar y qué pasos dar. No es que no conozca la duda o el miedo, pero he aprendido a decidir y a aguantar un poco más. Y, si te digo la verdad, nunca empecé mi casa por el tejado, es que sus cimientos miran al cielo, donde está la inmensidad.
Mi Mallorca
