Todos los mundos flotantes

Recuerdo mi paso errático por tantos y tantos paisajes supendidos entre las estrellas de todas las galaxias, recuerdo una fuerza entretejiéndolos a la que me aferraba para darme un nuevo impulso. Quería recorrerlo todo, descubrirlo todo, saberlo todo. Mi curiosidad era tan desmesurada como mi inocencia.

Recuerdo que intentaba imaginar a quién me encontraría por el camino, todas esas razas dispersas por el vacío en mundos misteriosos y fascinantes; unos más desarrollados, otros menos. Quería comunicarme en armonía, ser un verdadero embajador planetario, sellar pactos de amistad y colaboración.

Quería dar forma a una hermandad galáctica en la que participara hasta la última criatura disponible. Y entonces sonó el despertador y una vez más interrumpió mis aspiraciones. ¡Qué fáciles son de romper los sueños!

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