El 4 de enero de 1943 se proyectó por primera vez el NO-DO en las salas de cine de toda España. Lo que pudo ver el público ese día fue el ‘Parte de Guerra’ leído que informaba de la victoria de las tropas fascistas, que dio lugar al inicio del franquismo, y la rendición de Polonia ante el avance de los nazis. Ambos hechos databan de 1939, ¡cuatro años antes!
Esto da una idea del aislamiento en que se encontraba el país en aquel momento. Y, visto con los ojos de hoy en día, de la extrema lentitud con que se publicaban las noticias. Al NO-DO lo relevó la TV, que era un medio mucho más inmediato, aunque igualmente manipulable. Hoy las ‘fake news’ se propagan en minutos.

Esa increíble velocidad de propagación propicia muchas cosas buenas en terminos de libertades y de solidaridad, pero también es un riesgo en una época de pandemias, guerras y ciberataques, en la que vuelven a proliferar gobiernos autócratas que se inclinan al totalitarismo, que hasta condicionan campañas electorales y sus resultados.
Hay que ser conscientes de ello y obrar en consecuencia, si es que se pretende que un mundo moderno y relativamente justo (podríamos discutirlo durante horas) como el actual continúe y mejore. La información veraz, de calidad, puntual y de libre acceso es necesaria, ahora veamos cómo podremos obtenerla. Aprender es prevenir.