A la creencia absoluta en dios se le podría asignar un porcentaje del 100%. Por contra, al ateísmo le correspondería un 0%. ¿Qué hay entre ambos extremos? Algunos teóricos afirman que en esa amplia franja se extiende el agnosticismo.
La postura más complicada sería la del 50%, que asigna las mismas posibilidades de que exista una deidad que dirige nuestras vidas que de que no, una imparcialidad inestable. Por tanto, quien está en uno u otro extremo no merece el calificativo de creyente porque tiene certeza de su opción, todo lo demás es duda y suposición. Busca tu propio porcentaje.