Cuando en 1609 cayó en manos de Galileo Galilei un nuevo invento llamado telescopio, inmediatamente se puso a estudiar la Luna. Y al año siguiente publicó ‘Sidereus nuncius’ (Mensajero sideral), una obra fundamental para el nacimiento de la Astronomía moderna en la que relataba las irregularidades que encontró en su superficie.
Según Galileo, nuestro satélite tenía montañas de más de seis kilómetros de altura, lo cual, contradecía la cosmología aristotélica, que afirmaba que todos los cuerpos celestes eran esferas perfectas. Este libro acabó con la Teoría Geocéntrica y a partir de entonces la Tierra no fue considerada nunca más el centro del Universo.
Mensajero sideral
