Quién pretenderá reprimir
la energía que albergan,
quién se cruzará
en su camino
sin que se bañen
todos del instinto
escurridizo que les ciñe.
Mientras, la huida sigue,
la carrera es loca,
borran cada pequeña pista
con engreídas consignas
que salen de sus bocas.
La cadena lastra,
la velocidad no basta,
quieren estar pronto
en algún lejano punto,
cuando alguien venda
uno de sus problemas
y lo sumen a la larga
lista que les aplasta.
La carrera es lenta,
el pánico es atleta
y mientras siguen
les toca el hombro.
Sin prisas, corriendo despacio
pues nunca se es bastante rápido.
Sin levantar lógicas sospechas
quizá algún día lo lograrán.
Escapando, huyendo,
sus miserias trasladando.
Huyendo, escapando,
al abismo van cayendo.