Siempre me han atraído las historias sobre supervivencia, a pesar de que esconden terribles tragedias. La Humanidad no habría llegado hasta aquí si no nos hubiésemos aferrado a la vida por encima de todo, ¿cuántos millones se quedaron por el camino?
Todo empieza como una competición entre espermatozoides para fecundar el óvulo, es el combate más feroz. Sólo llega uno, el resto son pasto del desastre, y es que todos tenemos malas cartas al inicio de la carrera. Lo que pase después depende de tantas variantes que imaginarlo resulta enloquecedor. Algunos días me siento víctima y otros superviviente, no os riáis, soy vuestro espejo.